Existen diferentes motivos por los cuales una persona puede tomar la decisión de acudir a psicoterapia con orientación psicoanalítica. Por lo regular relacionamos el acudir con un psicoterapeuta cuando se nos presenta algún problema de índole de salud mental. Es cierto que la mayoría de los pacientes buscan ayuda al presentar síntomas de depresión, ansiedad, ataques de pánico, fobias, obsesiones y compulsiones, por mencionar algunos.
Realmente el malestar no tiene que ser grave para iniciar. Muchas personas tienen la inquietud de comprender por qué le pasan ciertas cosas, un ejemplo sería, una persona tiene una buena situación económica, pero tiene dificultad para poder hacer nuevas relaciones significativas. También nos encontramos con sujetos que entablan buenas relaciones interpersonales, pero tienen dificultades en la vida laboral (con los colegas o sus superiores), otros a quienes les resulta complicado establecer relaciones sociales, y tienden a evadir el contacto con amigos o a participar en reuniones, e incluso salir de casa.
Algunas personas notan que siguen patrones en sus relaciones o en su elección de pareja, que terminan siendo situaciones o personas que les provocan un sufrimiento muy grande y no pueden explicarse el por qué continúan repitiendo esa elección. Otros ponen la piedra con las que se van a tropezar, es decir se sabotean justo antes de obtener aquello que desean, como estar a punto de recibir un aumento o recibirse de la universidad, comprometerse con una pareja a la que aman, etc.
Enfrentarse a una perdida, el transitar un duelo o un cambio importante pueden ser razones también para buscar la ayuda de un psicoteraeuta. No obstante, hay personas que no tienen un malestar en particular solo tienen la sensación de sentir que no disfrutan su vida.
El sufrimiento humano tiene múltiples formas de manifestarse, con frecuencia, los seres humanos a quienes les funciona mejor la psicoterapia con orientación psicoanalítica son aquellas que tienen una fuerte motivación de comprender lo que les está pasando.
Podría sonar trillado, pero para que una psicoterapia psicoanalítica funcione, el deseo de analizarse debe ser del paciente y no de algún familiar o de la pareja, o bien, de un colega o una institución, ya que implica entrar en contacto con partes de nosotros mismos que, muchas veces, no queremos ver; esto suele ser doloroso y hasta incómodo. Además, representa una inversión importante de tiempo y dinero, por lo tanto, para que el paciente persista, es indispensable que cuente con suficiente motivación y un deseo de cambio.
Si bien acudir a psicoterapia es una decisión importante, que requiere trabajo, empeño y compromiso, resulta más caro y doloroso no hacer nada y continuar atados a nuestros conflictos. Para concluir es recomendable y benéfico iniciar un proceso de psicoterapia psicoanalítico cuando impera el deseo y la curiosidad por conocernos a nosotros mismos.
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